lunes, 4 de agosto de 2014

RICARDO CARPANI Y EL PERONISMO


Nació en la localidad bonaerense de Tigre el 11 de febrero de 1930. Dibujante, pintor y muralista cuyo arte se identificó con la resistencia peronista y la mítica CGT de los Argentinos, dueño de un estilo inconfundible y de una temática ligada a las causas sociales. Fue impulsor y animador del grupo Espartaco, fundado por un colectivo de artistas en 1959, que, influido por el ecuatoriano Guayasamín, el brasilero Portinari y los muralistas mexicanos, planteaba la necesidad de un arte con raíces en el país y atento a las necesidades y luchas del pueblo trabajador. Colaborador incansable de gremios y grupos políticos, se vio obligado a exiliarse en 1976 en Europa donde, al tiempo que desarrollaba una ponderada actividad artística, integró la Comisión Argentina por la Defensa de los Derechos Humanos que denunció los crímenes de la dictadura argentina. De regreso en el país, realizó importantes exposiciones y murales, entre ellos, el gran retrato del Che Guevara que se puede admirar en la Plaza de la Cooperación de la ciudad de Rosario. Desarrolló sus ideas en "El arte y la vanguardia obrera", "Arte y revolución en América Latina", "Nacionalismo burgués y nacionalismo revolucionario", así como en innumerables artículos periodísticos.
Participa del Grupo CONDOR (creado 1964) junto con Hernández Arregui, Ortega Peña, etc. Sostiene Carpani al respecto de su filiación ideológica: “Estaba ubicado ideológicamente en la corriente más nacional del troskysmo, la que tenía una comprensión correcta del peronismo, es decir, lo que se llamó genéricamente Izquierda Nacional. En esa izquierda nacional estaban desde Hernández Arregui a John William Cooke y otros, como el mismo Puiggrós y Jorge Abelardo Ramos”. Citado en Galasso, Norberto. (2001). Op. Cit., página 10
Carpani desarrolla una comprometida actividad artístico-política al lado de lo que él llama "peronismo revolucionario". De ahí que sea igualmente conocido como artista y como militante. Convencido hace ya mucho tiempo de que existe una relación indisoluble entre lo ético y lo estético -entre la forma y el contenido-. Carpani expresa en todas sus obras la realidad de un pueblo sometido, "Los que conciben la actividad artística como algo más o menos desligado de otras esferas sociales, como elaboración autosuficiente de formas «puras», incontaminadas y abstractas -afirma el dibujante-, están lejos de atribuir al arte un rol a cumplir ante la concreta y brutal opresión de la clase trabajadora y su correlato, la dependencia económica y política de su país. Es decir, frente al problema de la liberación nacional y social."

Su estilo es casi prepotente: brazos de trabajadores musculosos, agresividad contenida, rostros enérgicos madurados al sol y al sufrimiento.
Fundador del Grupo Espartaco, sus tareas artísticas tienen, desde 1961, estrecha vinculación con las luchas obreras. Colaboró en la CGT del primer Alonso, "en la medida en que adoptaba posturas de lucha", y fundó, en 1964, la revista Programa, con Alberto Belloni y Rubén Bornik. Un año después enfrentó al Martín Fierro Eudeba-Castagnino, una edición por él ilustrada al precio popular de 350 nacionales. "Había que mostrar algo que el sistema ocultó sistemáticamente en la obra de Hernández: el gaucho perseguido por el aparato político." Para eso estaban sus dibujos.




Ricardo Carpani nació el 11 de febrero de 1930 en la localidad de Tigre, provincia de Buenos Aires, murió el 9 de septiembre de 1997 en Buenos Aires. Pasó su infancia en Capilla del Señor hasta que en 1936 su familia se mudó a la ciudad de Buenos Aires, cursó sus estudios secundarios en el Colegio Rivadavia.
Comenzó los estudios de abogado pero los abandonó cuando en 1951 decidió radicarse en París, en la ciudad francesa comenzó a interesarse seriamente en la pintura, tomando cursos que luego continuó en Buenos Aires.
Vivió dos años en la capital francesa, a su regreso dedicó un tiempo a viajar por Chile y el interior de nuestro país. Una vez asentado en Buenos Aires retomó los estudios de pintura, esta vez con el maestro Emilio Pettoruti.
Expuso por primera vez en 1957 junto a Juan Manuel Sanchez (1930) y Mario Mollari (1930).
Su compromiso con la causa de los trabajadores lo expresó en obras como “Huelga” de 1958, en tanto que en 1961 realizó un mural para el sindicato de la Alimentación al que tituló: “Trabajo. Solidaridad. Lucha".
Carpani expuso sus obras en varios países: México(1960), Roma(1960), Londres (1961), Rìo de Janeiro(1961), Estocolmo(1962).





El grupo Espartaco


En 1959 conformó el Grupo Espartaco junto a Sanchez y Mollari, a los que se les sumaron Juana Elena Diz (1925), Raul Lara Torrez(1940) joven pintor de nacionalidad boliviana, Pascual Di Bianco (1930-1978), Carlos Sessano (1935), Esperilio Bute(1931-2003) y Franco Venturi, nacido en 1937 y desaparecido en 1976.
En 1961 Carpani y Di Bianco abandonan el grupo, el cuál se disolvió en 1968 con una exposición que fue su última actividad.
El grupo Espartaco planteó la necesidad de un arte con raíces en el país y atento a las necesidades y lucha del pueblo trabajador.
Su filiación política puede inscribirse en la llamada izquierda nacional que durante un largo período lideró Jorge Abelardo Ramos.
El grupo también fue expresión de la nacionalización de una porción de las clases medias que hasta 1955 había sido masivamente contraria al Movimiento Nacional, luego del golpe de estado autodenominado “Revolución Libertadora”, importantes sectores de la clase media detectaron las mentiras de la oligarquía liberal y su falsa democracia que condenaba a la mayoría del pueblo, particularmente a los más humildes, a una difícil situación económico-social y que además no les permitía expresarse políticamente, por la proscripción de movimiento mayoritario.



Señalaba el documento inicial del Grupo Espartaco: “Es evidente que en nuestro país, a excepción de algunos valores aislados, no ha surgido hasta el momento una expresión plástica trascendente, definitoria de nuestra personalidad como pueblo. Los artistas no podemos permanecer indiferentes ante este hecho, y se nos presenta con carácter imperativo la necesidad de llevar adelante un profundo estudio del origen de esta frustración.”

Ponía en duda los prestigios otorgados por interesadas críticas que monopolizaban supuestas elites que vivían al margen de las realidades cotidianas de un pueblo alejado a la fuerza de los temas políticos: “Si analizamos la obra de la mayor parte de los pintores argentinos, especialmente de aquellos que la crítica ha llevado a un primer plano, observaremos como característica común el total divorcio con nuestro medio, el plagio sistematizado, la repetición constante de viejas y nuevas fórmulas, que si en su versión original constituyeron auténticos hallazgos artísticos, al ser copiados sin un sentido creativo se convierten en huecos balbuceos de impotentes.”



“Las causas determinantes de esta situación están en la base misma de nuestra vida económica y política, de la cual la cultura es su resultado y complemento. Una economía enajenada al capital imperialista extranjero no puede originar otra cosa que el coloniaje cultural y artístico que padecemos. La oligarquía, agente y aliada del imperialismo, controla directa o indirectamente los principales resortes de nuestra cultura, y, a través de ellos, enaltece o sume en el olvido a los artistas seleccionando únicamente a aquellos que la sirven.”

El Grupo Espartaco hacía su aparición anunciando el fin del artista inmune a la realidad, preocupado con exclusividad por una estética vacía. De alguna manera tomaba la tradición del Grupo Boedo haciendo su opción por los trabajadores, pero a su vez introduciendo como tema central la cuestión nacional y ponía en el tapete el accionar del imperialismo en América Latina.

También incursionaba en un tema crucial por la que atraviesa cualquier artista con deseos de hacerse conocido: o limita su actividad creadora al gusto de las minorías pudientes que son quienes tienen los medios para adquirir las obras, o hace caso omiso a las modas y deja fluir toda su creatividad, aún a riesgo de no llegar al gran público.

“El resultado de todo esto es que el artista no tiene otro camino para triunfar que el de la renuncia a la libertad creadora, acomodando su producción a los gustos y exigencias de aquella clase, lo que implica su divorcio de las mayorías populares que constituyen el elemento fundamental de nuestra realidad nacional. Es así como, al dar la espalda a las necesidades y luchas del hombre latinoamericano, vacía de contenido su obra, castrándola de toda significación, pues ya no tiene nada trascendente que decir. Se limita entonces a un mero juego con los elementos plásticos, virtuosismo inexpresivo, en algunos casos de excelente técnica, pero de ninguna manera arte, ya que éste sólo es posible cuando se produce una total identificación del artista con la realidad de su medio.”



Otra característica de gran importancia del Grupo fue el haber hecho propia la concepción Latinoamericana de Nación.
“El problema del surgimiento de un arte nacional en nuestro país, determina el verdadero alcance que debe tener para nosotros el término nacional. Unidad geográfica, idiomática y racial; historia común, problemas comunes y una solución de esos problemas que sólo será factible mediante una acción conjunta, hacen de Latinoamérica una unidad nacional perfectamente definida.”



El Grupo Espartaco estuvo influenciado por los muralista mexicanos Orozco, Rivera y Tamayo, como así también por el ecuatoriano Guayasamín y el brasilero Portinari, pero adquirieron una personalidad propia, necesidad imprescindible de todo creador, como lo expresaron claramente en su documento inicial.
Cada uno de estos artistas manifestó en sus obras su compromiso social con los desposeídos, Sanchez mostraba es sus óleos un fondo de fábricas o su obra “Marines 65” con calaveras y un fondo de la bandera norteamericana, en Juana Elena Diz se visualiza la situación de la mujer con claros rasgos aindiados, Mario Mollari con sus cañeros o las mujeres del norte en sus tareas con amplios sombreros. O los hombres de brazos enormes y potentes, con expresiones duras.
El sufrimientos en las figuras de Carlos Sessano con sus brazos hacia el cielo como implorando por justicia.

Franco Venturi, estuvo detenido en 1972 en el penal de Rawson y se salvó de la Masacre de Trelew, pero desapareció el 20 de febrero de 1976, había nacido en Italia en 1937 y llegado a la Argentina en 1950, su obra de 1969 “En defensa de nuestra forma de vida” sintetiza los métodos violentos utilizados en la Argentina para silenciar a los movimientos populares.



El arte y la revolución en América Latina

En 1961 Ricardo Carpani desarrolló sus ideas ya expresadas en el manifiesto del Grupo Espartaco en un libro que tituló “Arte y Revolución en América Latina” editado por la Editorial Coyoacán donde se publicaban las obras de la izquierda nacional.

En este libro expresa su visión sobre el papel de un artista en un país semicolonial:
“El divorcio entre artista y sociedad, inherente a todo período histórico de transición y producto de la carencia de una base valorativa común, se ve agravado en nuestra época por el peculiar desarrollo del capitalismo. Éste, con su concepción individualista de los problemas del hombre y la exaltación de los valores de utilidad, ha tendido, desde su nacimiento mismo, a separar cada vez más al artista de la sociedad. La obra de arte dejó de ser un bien social para transformarse en mercancía. Perdió su carácter monumental y colectivo, dejando de estar en contacto directo con la comunidad, para pasar a ser el lujo de unos pocos.”
El rol de un artista en un país dependiente distaba de ser fácil, donde triunfar, es decir ser aceptado por el establishment cultural, implicaba renunciar a ideales y principios, esto era anunciado por Carpani con claridad: “El resultado de todo es que el artista triunfa en la medida en que, renunciando a su plena libertad creadora, acomodo su producción a los gustos y exigencias de aquella clase. Se divorcia así de las mayorías populares que constituyen el elemento fundamental de nuestra realidad. Con el pretexto de la universalidad del arte reniega de lo nacional, sin darse cuenta de que en última instancia, el arte que copia -el europeo- es un arte profundamente nacional.”



Para luego adentrarse a explicar en detalles este mecanismo para domesticar al artista: “Esta renuncia a la libertad creadora no siempre la realiza el artista de una manera consciente. Es el resultado de un proceso que actúa sobre él, a través de múltiples presiones, encauzándolo sin que se de cuenta. Así, por ejemplo, el joven pintor desconocedor de las fuerzas que gravitan en la sociedad, de los intereses que respaldan a dichas fuerzas y de los fines que ellas persiguen, se ve sometido a su acción deformante desde el momento mismo que ingresa a las academias del Estado o al taller de algún prestigioso figurón. Esta acción deformante continúa soportándola luego en los Salones Oficiales, mediante la parcialidad de los jurados, o cuando desea conseguir salas para exponer y debe someterse al criterio del marchand, que lógicamente exige lo más vendible y menos comprometedor ante su clientela. Posteriormente le toca el turno a la crítica, esa suprema hacedora de prestigios, venal las más de las veces, aunque sería injusto pretender de ella otra cosa en una sociedad desgarrada por la lucha de clases, dada su dependencia a uno de los términos de esa lucha. Y finalmente están los salones en el extranjero, las becas y otras formas de estímulo al artista, que, en manos de los agentes oligárquico imperialistas, se convierten en otras tantas formas de corrupción.”

Carpani introduce un concepto que no contará con la adhesión de muchos artistas despreocupados por la situación social y de aquella crítica a medida de la sociedad dependiente, nos referimos al concepto de arte nacional y la necesidad que la obra del artista muestre la realidad que lo rodea:

“No todos los pueblos poseen el mismo grado de desarrollo histórico, ni desenvuelven su actividad en un medio geográfico similar, ni son producto de una misma amalgama de razas, ni hablan y piensan en el mismo idioma, ni rinden culto a una tradición y cultura idénticas. Cada uno de ellos tiene, en relación con estos factores, características propias, determinantes de la nacionalidad. Y estas características nacionales no pueden menos que estar presentes en las manifestaciones artísticas, siendo como es el arte un producto social. Podemos afirmar entonces que el arte, por el hecho de ser una expresión social, necesariamente ha de ser también una expresión nacional.”

Pero la idea que tenía Carpani de lo Nacional incluía toda América Latina, no sólo por el origen, la lengua y una tradición común; esas características nos convertían en un pueblo al que los intereses imperiales llevaron a la separación, en tanto que la lucha de los trabajadores y de los artistas comprometidos con su pueblo debía retomar las banderas de Bolivar, San Martín y Artigas, entre otros.



“Es indispensable que fijemos con precisión los verdaderos alcances que tiene para nosotros el término «nacional». América Latina constituye una unidad nacional con características bien definidas. En efecto, a factores permanentes y determinantes por sí mismos de una nacionalidad -como son el hecho de poseer un territorio ininterrumpido en el que prácticamente se habla el mismo idioma (ya que el portugués y el español no ofrecen diferencias esenciales), poblado por razas afines y con un pasado histórico y cultural común- se unen otros factores de carácter actual, que imponen la necesidad de la unificación política de América Latina. Las distintas regiones o países latinoamericanos poseen problemas económicos, sociales y políticos análogos. Esta analogía está determinada por su sometimiento a un explotador común: el imperialismo.



Y la liberación del yugo imperialista sólo será factible mediante una acción conjunta y unificada que permita contrarrestar en forma efectiva el poderío del opresor. Es por eso que nosotros, cada vez que hablemos de lo nacional, se entiende que lo hacemos en escala latinoamericana.”
Será el accionar del imperialismo el que Carpani denunciará con claridad, y la función que cumple el arte en los países centrales que lejos de ser inocuos para nuestra cultura también forman parte de plan delineado por los poderes centrales:

“Ahora bien, si es cierto que la difusión dada a su producción cultural por las países imperialistas fue altamente beneficiosa para el desarrollo de las artes en el resto del mundo, no es menos cierto que esta acción benéfica se vio contrarrestada cuando convirtieron la cultura en un arma más de vasallaje y opresión colonial. En efecto, junto con sus manufacturas exportaran su literatura y su arte, pero no para enriquecer las culturas nacionales ya existentes en las regiones colonizadas, sino para destruirlas o neutralizarlas, contando en esto con la obsecuencia de las oligarquías nativas.”

Pero también Carpani era un militante de la libertad sin la cual el artista quedaba limitado en su más genuina expresión, enemigo del “realismo socialismo” e implacable crítico del stalinismo , manifestaba su compromiso con la libertad, contrario a toda forma de control de los “comisarios políticos” sobre la expresión del artista :” Para el logro de un arte representativo de nuestra realidad, un arte auténtico, en este caso un arte nacional latinoamericano y revolucionario, es imprescindible dar al artista la más absoluta libertad en la elección de sus medios formales de expresión. Hay que dejar de lado todo dogmatismo en materia estética. Que cada cual utilice los elementos plásticos de la manera que considere más acorde con su temperamento, enriqueciéndose con las últimas experiencias formales que se realizan en el mundo. Pero, eso sí, utilizándolas con un sentido creativo personal”

Pero ante el accionar de la oligarquía asociada al imperialismo en el campo de la cultura era difícil que aquellos artistas no contaminados por la ideología imperial pudieran a conocer su obra. Carpani daba su consejo que él mismo aplicó al trabajar en conjunto con el sindicalismo combativo.



Por eso mismo, es indispensable dar la mayor difusión posible, especialmente entre la clase trabajadora y los sectores sociales más progresistas, a las creaciones de quienes, con dignidad y sacrificio, trabajan por un verdadero arte. Sólo a través de una intensificación del contacto entre la obra artística y la sociedad, que ejercite de manera constante la sensibilidad de los hombres familiarizándolos con las nuevas formas creadas por el artista, logrará superarse la incomprensión de que éste es objeto. Esa será la manera más efectiva de hacer que el arte intervenga activamente en el proceso revolucionario. El arte actúa por la vía sensible, y la sensibilidad artística, como todo en el hombre, se desarrolla con el ejercicio. Mal puede exigirse una comprensión inmediata de la obra moderna a quienes escasas oportunidades han tenido de conectarse con ella. Se dirá que para eso están los museos, pero no olvidemos que a la gente que trabaja poco tiempo le queda para asistir a ellos, y nada se hace por interesarla en el arte. El orden establecido tiende más bien a alejar al pueblo de las manifestaciones del espíritu, dándole en su reemplazo y en cantidades crecientes, productos embrutecedores, neutralizantes de su sensibilidad. Se hace así del arte lujoso vicio solitario, reservado a determinadas élites de iniciados, alejándolo de su verdadera misión.”

Para completar su idea con : “No queda por lo tanto, al artista revolucionario, más solución que la que las organizaciones obreras pueden y deben brindarle. En las manos de estas organizaciones está la posibilidad del surgimiento de un vasto movimiento muralístico con características nacionales y revolucionarias. Abrigamos la certidumbre de su próxima aparición.”



El compromiso con los trabajadores

La compañera de Carpani, Doris Halpin, expresó sobre la labor del pintor que su tarea era expresar la dignidad de los trabajadores y desposeídos: “No trató de pintar los lados oscuros de la realidad: nunca pintó la tortura, ni al aldeano pobre y subsumido. Siempre pintó al hombre que está dispuesto a combatir, al hombre en lucha.”
Halpin también explicó porque Carpani daba importancia al muralismo, en tanto que la pintura de caballete termina en posesión de alguien, el mural pertenece a todos o por lo menos a muchos. Esa era el símbolo que entusiasmaba a un artista alejado de la figuración y el negocio.

Muchos de los dibujos de Carpani, fueron dados en forma gratuita para ilustrar los volantes y documentos de sindicatos, organizaciones obreras en general y organismos de Derechos Humanos.

Seguramente, muchos de nosotros hemos visto dibujos de Carpani, sin saber que pertenecían a él, esta fue la obra de un artista plástico que dedicó su vida a servir a una causa, la de los más necesitados.

Según el crítico de arte Salvador Linares, las obras de Carpani puede dividirse en dos épocas, una de piedra y la otra de metal.
“En la primera los personajes adquieren una apariencia rocosa, que abarca el período en el que todavía frecuentaba la temática campesina.” “Luego la piedra deviene en metal y los hombres son vistos como articuladas máquinas o revestidos por corazas sobre las que músculos y nervios se traslucen sobre la bruñida superficie, en una suerte de mágica filigrana vital.”



Producido el golpe de estado de Onganía en 1966, derrocando al presidente radical Arturo Illia, gran parte de la burocracia sindical apoyará al golpe, iniciando una de las etapas más vergonzosas del sindicalismo, ante ellos se levantó un grupo de dirigentes que llamaron a combatir a la Dictadura tras un plan nacional y popular, dicho sector se encolumnó en la CGT de los Argentinos que lideraba Raimundo Ongaro.

Ricardo Carpani fue la expresión artística de ese sindicalismo honesto y combativo, los volantes y documentos de la CGT de los Argentinos llevaban las ilustraciones de Carpani donde trabajadores de expresiones duras manifestaban toda su bronca y deseos de restituir la justicia perdida.
En 1966 y 1969 viajó a Europa donde participó de muestras colectivas. En 1972 viajó al Chile Socialista de Salvador Allende y a Cuba, para encuentros de artistas plásticos.



En julio de 1974 fue a Suecia a una exposición, tenía previsto un viaje de cuatro meses, pero ya no pudo volver, la Argentina se había convertido en un lugar muy peligroso por el accionar de la banda paramilitar de ultraderecha la triple A que asesinaba a intelectuales y militantes populares.

El exilio fue muy duro para Carpani como lo fue para la mayoría de los exilados, y particularmente para aquellos que habían hecho de la militancia una forma de vida.
Retornó al país en 1984, las últimas composiciones de Carpani muestran una región selvática donde se mezclan animales salvajes con paisajes y personajes porteños.



Poco tiempo antes de su muerte realizó un retrato del Che Guevara que se encuentra en la Plaza de la Cooperación de Rosario o pocas cuadras del lugar en que nació el Che.

Realizó la escenografía para un espectáculo musical llamado “Tango Pasión” que se ha presentado con éxito en Europa.
En 1996 fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.

Se publicaron los libros : "Carpani" , con textos del Dr Rafael Squirru y de Manuel Vicent ; y "Carpani : Gráfica política" , con textos de Ernesto Laclau y Luis Felipe Noé.

Murió el 9 de septiembre de 1997, la Argentina perdía a un gran artista y los trabajadores que siguen luchando, a un aliado incondicional, pero su obra nos sigue mostrando a esos hombres y mujeres que nunca se rendirán.



Fuentes :
http://pintores.is.com.ar/pintores_web/carpani/indice.html
http://www.icarodigital.com.ar/numero11/entrevistas/dorishalpin.htm
http://www.villacrespomibarrio.com.ar/CARPETA%20NOTAS/ARTE%20Y%20CULTURA/Ricardo%20Carpani.htm
http://www.paginadigital.org/articulos/2004/2004cuart/varios/carpani25-10.asp
http://www.cta.org.ar/base/article.php3?id_article=4550
http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=1586-D-2006
www.izquierdanacional.org/publicaciones/libros/pdf/SL-L005.pdf
http://www.lanacion.com.ar/archivo/Nota.asp?nota_id=640159

Fuente: www.elforjista.unlugar.com/ricardocarpani.htm






sábado, 25 de enero de 2014

Carta a Juan José Hernández Arregui, La Habana, 28 de septiembre de 1961

John William Cooke ,
nació en La Plata el 14 de noviembre de 1919; su padre, Juan Isaac Cooke, fue diputado por la Unión Cívica Radical y canciller durante el gobierno de Edelmiro Farrell. Cooke militaría en la Unión Universitaria Intransigente, mientras cursaba Derecho en la Universidad de La Plata. Egresó como abogado en 1943 y fue electo diputado por el peronismo, a los 25 años, para el período 1946-1952. En el Congreso fue presidente de las comisiones de Asuntos Constitucionales, de la Redacción del Código Aeronáutico y de la Protección de los Derechos Intelectuales. Fue profesor titular de economía política en la facultad de derecho y ciencias sociales de la Universidad de Buenos Aires entre 1946 y 1955. Integró la resistencia peronista, fue delegado de Perón y padeció cárcel y exilio. Es uno de los máximos referentes intelectuales de la izquierda peronista. Murió de cáncer el 19 de septiembre de 1968, dejando un importante legado en el seno del movimiento peronista.


(En esta carta, Cooke comenta a Hernández Arregui la situación de Cuba, Argentina y los intelectuales, y aprovecha para solicitarle algunos libros.)

Carta a Juan José Hernández Arregui


La Habana, 28 de septiembre de 1961


Mi estimado amigo:

Con intensa satisfacción he leído su carta del 31 de agosto, no solamente porque a través de ella retomaba contacto con usted, sino también porque, como siempre, su enfoque es justo y va certeramente al fondo del problema nacional y latinoamericano. Por lo que usted sabe me dice, veo que mi permanencia en Cuba contribuye a deslindar una serie de problemas que, siendo calos cuando se analizan con buena intención y espíritu científico, se presentan, sin embargo, confusos retorcidos. es que nuestro movimiento popular y el Peronismo en primer térmico-, se debate en medio de contradicciones ideológicas que no reflejan las reales contradicciones de la sociedad argentina.

La esencia del drama de nuestro Movimiento es que, mientras el único destino y su única chance de sobrevivencia están en reconocerse como una fuerza de extrema izquierda, sufre las influencias de la propaganda reaccionaria que se desata desde afuera y desde adentro de su propio seno. Cinco años de lucha abnegada no han tenido el complemento indispensable de la clarificación y afirmación ideológica “integracionista” y además elementos que cuentan con algún aparato –grande o chico- de propaganda. Dentro del peronismo, con su masa obrera dispuesta a alzarse contra todos los mitos “occidentales”, gravitan desproporcionadamente los que no tienen otra visión que el programa de 1945. lo que entonces fue progresista es ahora reaccionaria, pero en cada dirigente no esclarecido vive una llamita de esperanza en el golpista de turno o en la reestructuración de aquel frente de quince años atrás, ya imposible desde las actuales circunstancias. Los “dirigentes” que nos vienen tocando en suerte, o están congelados a 1945, o ven al Movimiento como Cruzado contra el Cristianismo, o son puras y simplemente cabezas huecas que, alternativamente, llenan de tres o cuatro ideas trasnochadas los consejeros de turno. Existe, también, el mito de la mayoría, que consiste en creer que la indeterminación ideológica y el vacío programático sirven para mantener una “unidad” basada en la suma de elementos heterogéneos.

Lo triste es que nuestra masa está madura para cualquier cosa, y que, agudizarse la política entreguista y antipopular, se crean condiciones para pegar un gran salto adelante en el esclarecimiento de las raíces de los males argentinos y de las formas de terminar con ellos. el Peronismo, en tanto cumple una función importantísima al mantener la unidad de esa masa y evitar que se desvíe hacia reformismo democrático-burgueses, simultáneamente puede transformarse en un freno para el avance ideológico, sin el cual ningún planteo será correcto y ninguna fructífera. que los hechos superan las abstracciones es algo que todos sabemos; pero también sabemos que las masas necesitan direcciones esclarecidas, que desarrollen sus impulsos y les den coherencia.

El problema de Cuba, piedra de toque, puede servir para introducir un poco de luz en cosas que está oscureciendo a propósito. Como durante nuestro gobierno, la masa está dispuesta a acentuar la línea revolucionaria y el Jefe también: la falla está, como siempre, en las estructuras intermedias entre Perón y la masa. he recibido una carta de Perón referida exclusivamente a la revolución cubana, en la que se expresa terminantemente (espero Tristán se la haya mostrado). en otra posterior, se manifiesta de acuerdo en mi tesis que la proponía, y me dice que toma las medidas necesarias para que se cumplan. Consistían esas proposiciones, en suma, en lo siguiente:

1) Acentuar la línea revolucionaria, no solamente en los hechos, sino fundamentalmente en los planteos ideológicos.
2) La teoría de influir sobre los “factores de poder” (Ejército e Iglesia) es reaccionaria. es preferible perder, cuanto antes, a quienes participan de ella. Ello se compensará ampliamente porque podremos llevar en común la lucha con grupos no peronistas (izquierdistas de distinto origen, estudiantes, etc.).
3) Esperar la “legalidad” que nos dará la oligarquía es pensar con mentalidad politiquera. la mayoría no sirve para nada si la reservamos para una hipótesis que no se dará la que se efectúan elecciones con nuestra participación).
4) El objetivo del Peronismo no es la defensa de los “valores de occidente”. quienes piensen eso tienen que irse a los partidos “tradicionales” o a la democracia cristiana. la Tercera Posición no implica neutralidad frente a las luchas de los pueblos coloniales por liberarse.
5) Romper la unidad con el MUCS[1] sería un gravísimo error. la unidad de la clase trabajadora es indispensable y debe mantenerse sin otra exclusión que la de los amarillos y la de los que sirven al gobierno.
6) El apoyo a la Revolución Cubana no es asunto secundario. está vinculado con el movimiento de masas de toda Latinoamérica. el verdadero enemigo es el imperialismo y sus instrumentos: Cuba está afrontando el peso de combatirlo y debe tener un apoyo nuestro activo.



La aceptación, por parte del General, de estos puntos de vista era cosa que yo descartaba: lo considero el más revolucionario de los dirigentes peronistas. pero una política semejante requiere elencos más adecuados que los actuales, que son infalibles en equivocarse siempre. No obstante, siempre es un progreso y creo que llegará el día en que por sobre las falsas estructuras se pueda erigir, como consecuencia directa de los hechos y de su justo análisis por las masas, una conducción apta. si bien he formulado algunos reparos a declaraciones y posiciones que me parecían Contrarrevolucionarias (por ejemplo, aquella declaración del Consejo Superior de que la Central obrera tenía por misión “corregir los excesos del Capital y del Estado, actuando como fuerza moderadora), me he abstenido cuidadosamente en verme envuelto en las luchas internas del Peronismo, que se desarrollan por procedimientos para los cuales no tengo vocación. Pero en ningún momento he descuidado la prédica ideológica, a la que atribuyo más importancia que cualquier modificación circunstancial de elencos.

los que me dice de la izquierda no peronista que parece muy acertado. aquí he tenido que hacer una intensa labor de divulgación, mediante cartas y conversaciones, conferencias. etc., porque a la campaña de la oligarquía y el imperialismo, el Peronismo tuvo que soportar la de la izquierda del continente. La Revolución Cubana ha hecho ver con claridad el problema del Peronismo, máxime cuando los enemigos son los mismo, desde la SIP[2] y Jules Dubois hasta los izquierdistas estilo Haya de la Torre, Bentancourt[3], Figueres, etc. no todo está todavía en claro, porque usted comprenderá que aunque esa tarea es importante y ha motivado mis preocupaciones, no he podido limitarme a ella: he preferido ayudar en la medida mis fuerzas a la Revolución Cubana por medio de conferencias y artículos. Contribuyendo a los problemas fundamentales del problema cubano se aclara, automáticamente, el problema argentino y del Peronismo.

Esa izquierda “no irrevocablemente perdida”, como usted dice, tendrá papel fundamental en el frente nacional de nuestra Patria. Poco a poco, si nosotros nos afirmamos a nuestro verdadero carácter, irá superando sus limitaciones pequeño-burguesas y su extranjerismo culterano. Los energúmenos de la derecha peronista (me refiero a muchos activistas que están influidos por los católicos o por el nacionalismo reaccionario) se dejan llevar por el juego de provocación y eso conspira contra la integración de un frente con las demás fuerzas, pero redoblando nuestros esfuerzos, creo que superaremos la actual maraña.

La “Carta de la Habana” es un programa de acción revolucionario que, me parece, interpreta los sentimientos de las masas latinoamericanas. y el discurso de Fidel en la UN es un valiente acusación a las fuerzas e intereses que oprimen las naciones semicoloniales de Asia, África y Latinoamérica. Si los jóvenes que no entendieron al Peronismo se sienten, al menos, atraídos por el liderazgo afirmado en acciones y actitudes que son orgullo de nosotros, la unión se irá consumando. Pero a condición de que, mediante planteos correctos, se les vaya haciendo ver cuál es el camino. Porque aquí hay quienes vienen y juran morir por la Revolución Cubana y dar su sangre por la liberación latinoamericana, pero después vuelven a sus países respectivos y luchan por “obtener la legalidad” o tonterías semejantes. La sangre latinoamericana que se derrame no puede ser exclusivamente cubana; aquí, lo que sobra es gente dispuesta a morir; así que, los que aspiren a ser héroes, que se dispongan a repetir la gesta cubana en la tierra donde nacieron, y no vicariamente mediante adhesiones líricas.

Hay otro problema que quiero mencionarle: el de los intelectuales argentinos que, como usted, no pertenece a los grupos que han tenido siempre montada su maquinaria de difusión y propaganda. Cuando llegué aquí me encontré con que en “Lunes de revolución”, el semanario literario del orégano del Movimiento 26 de julio, en todos sus números se comentaba la obra de González Lanuza, Victoria Ocampo, Peyrou, Borges, etc. El único escritor no perteneciente a ese círculo que se conocía era Martínez Estrada, que el año pasado ganó por concurso de la “Casa de las Américas”. Sobre esto hable con los compañeros de aquí, y en los grupos realmente revolucionarios hice conocer el nombre y la obra de tantos intelectuales argentinos que están con nuestro pueblo y no con sus élites expoliadoras. por una verdadera coincidencia encontré, en una biblioteca particular, un ejemplar de “Imperialismo y cultura”, que hice circular hasta que le perdí la pista y alguien se quedó con él. Pero lo importante es que aquí se conozca la obra de ustedes. Algunos episodios ocurridos antes del 26 de julio impidieron que se llevase adelante el plan, ya aprobado, de invitar a una serie de personalidades argentinas entre las cuales estaba usted, Pepe Rosa, Trípoli, Reinaldo Frigerio, Fermín Chávez, etc. pero es preciso que mis esfuerzos de aquí se complementen allí, porque siempre hay los snobs que tienen contacto con el grupo Sur o creen que en él se agota la intelectualidad argentina.

Por vía del Ministerio de Relaciones Exteriores se ha pedido una serie de libros argentinos que yo indiqué. Pero, por si algo falla o algunos de esos libros no son obtenibles fácilmente, le rugo que ustedes tomen medidas para que lleguen las publicaciones de esos escritores. Usted, Trípoli, Fermín, etc, deben tomar contacto con gente del gobierno cubano; no conozco al agregado cultural en buenos Aires, pero el de Montevideo está la Señora Dysis Guira (espoisa de Latendorf) por medio de la cual deberían tomar contacto y hacer llegar información el movimiento intelectual progresista.

Aparte de ello, creo que deberían enviarse algunos libros fundamentales a “Casa de las Américas”, -calle G y 3ª., Vedado, Habana-, a la Imprenta Nacional (Prado 533, Piso 40), dirigidos a Guillermo Lorentzen) y a “Lunes de Revolución” (general Suárez, entre Avesterán y Calzada de Rncho Boyerca, La Habana: dirigida a Guillermo Cabrera Infante). Uds. verán la forma de que lleguen por vía más barata, pero estando aquí, serán leídas y comentados.

La “Casa de las Américas” ha abierto un concurso –cuyas condiciones deben tener las Embajadas de Cuba- que tal vez sería interesante para algunos de ustedes. Volviendo al envío de libros: si eligen una vía que no demore mucho, pueden hacérmelos llegar a mí (Hotel Riviera, La Habana) que yo me encargaría de distribuirlos convenientemente.

Y ahora un pedido personal. Estoy escribiendo sobre Cuba, y sigo escribiendo uno sobre Argentina. Necesito, para mis estudios, tener “Imperialismo y Cultura”, y también un ejemplar de un libro que, según he leído en alguna parte, usted acaba de publicar[4] . se los he pedido a Tristán, pero no sería extraño que encuentre dificultades para conseguirlos. ¿Sería usted tan amable en conseguírmelos? Creo que si usted se los hace llegar a algunos compañeros de Montevideo, Tristán o López Forastier, con encargo de que me lo envíen urgentemente, yo podría tenerlos cuanto antes, y eso me sería muy útil porque aquí doy conferencias y escribo artículos continuamente y necesito material.

Bueno, estimado amigo. Tendría muchas cosas que decirle, pero deseo que esta carta salga hoy mismo. Le reitero mi fundamental optimismo, pese a todo cuanto parece interponerse en nuestro triunfo: en eso coincidimos, porque vemos el proceso en profundidad y no nos dejamos por lo episódico. Todo el país esta viviendo en la mistificación: los ucris hablan de “liberación”; los radicales del pueblo, de “antiimperialismo”; los militares, de “democracia”, y los demás partidos y partiditos no escapan a esta confusión, en parte producto de la demagogia y la mala fe, pero también debida, en apreciable medida, a un desorden mental que acompaña al desorden político-social. por encima de los altibajos de la acción popular, hay que mantener una línea bien clara de pensamiento, porque hacia ella confluirán, eventualmente, y antes de lo que podremos comprobar que esta vanguardia ideológica no está perdida en las brumas de la utopía, sino directamente al frente de las masas, indicando una ruta que pronto será clara para todos.

Mi esposa me pide lo salude muy especialmente. Lo abraza afectuosamente.


J.W.C




http://www.elortiba.org/cooke.html

http://goliardo-argentino.blogspot.com.ar/2009/12/cooke-carta-juan-jose-hernandez-arregui.html


Carta a su amiga Tita Infante desde Mexico, 24 de septiembre de 1955







Querida Tita:
Le escribo nuevamente angustiado por lo que pasa en la Argentina, esta vez doblemente angustiado, pues además de los muertos se ha sumado toda esa serie de acontecimientos que no auguran nada bueno para el país. Desde aquí no se puede decir nada en absoluto, pero el unánime júbilo de Estados Unidos y los católicos, sumado a las declaraciones de la nueva junta y el hecho de que todos eran militares, está dando una idea de lo que será esta nueva liberación. Con todo el respeto que me merece Arbenz (totalmente diferente a Perón desde el punto de vista ideológico), la caída del gobierno argentino sigue los pasos de Guatemala con una fidelidad extraña, y verá Ud. cómo la entrega total del país y la ruptura política y diplomática con las democracias populares será un corolario, conocido pero triste. Está mal, sin embargo, que yo me ponga a recitar opiniones políticas cuando lo que debe ser y lo que deseo es que Ud. me dé su opinión sobre todos los últimos acontecimientos y me relate bien las cosas. ¿Sería mucho pedir que me mandara un paquete con los diarios de los últimos días y primeros del nuevo régimen? Podría ser por barco, no me importa tanto el tiempo como tener una imagen de lo que fue eso.
Con respecto al fallido viaje a Europa, le diré que mi frase sí era gongoriana, y el señor de la carta era el Presidente del Consejo de Ministros de Polonia; yo pensaba ir al festival de la juventud, pero querían referencias mías de Argentina, sin embargo las cosas estaban en un estado tal que no me animé a llamarlas por su nombre, y creí que el amigo Isalí se avivaría. De todas maneras, aquello no tiene importancia, pues la Agencia Latina me largó pagando solo una parte de lo que debía y no me alcanzó para ir.
De otras cosas, mi situación económica ha mejorado lo suficiente como para llenar mis necesidades más elementales, y mi situación científica es en general buena y tengo tres trabajos marchando lentamente hacia su fin que no creo sea antes de fin de año.
Espero recibir de Ud. buenas noticias en cuanto a su título y que esté mejorada de sus conflictos personales, no le mando la revista con el trabajito ya publicado porque no me dieron los números a mí, de todas maneras no vale la pena.
Reciba un abrazo de su amigo Ernesto y conteste pronto. 
http://catedracheguevara.com.ar/jg/?portfolio-item=carta-a-su-amiga-tita-infante-desde-mexico-24-de-Septiembre-de-1955